El día

No sé que pasará, porque mis sentimientos dependen de 11 personas. Si jugasen con mis ganas (o con las de Walterete, Laurita, Barralet, Rafel, Sirereta, Alvaro Cobrarro, Tolo Leal, y tantos mallorquinistas... y perdón los que no aparezcan, pero saben que suman) hoy sería una goleada de escandalo. No es así. Además jugamos sin el portero habitual. Pero en el fondo hay motivos para sonreir.

Nos apearon de la UEFA injustamente. Somos un equipo humilde y pequeño. No pintamos nada. Apenas van al campo unos quince mil aficionados, reivindicamos como archienemigo a un equipo de Segunda B, que jamas ha estado en 1ª, apenas unos años en Segunda y este año competía con el filial...

Pero, las circunstancias. Los atracos recibidos. Los robos indisimulados han generado odio hacia un enemigo. Y el odio es vida. Es lo que más revitaliza. Lo que genera conciencias. Lo que hace que las gentes dormidas despierten.

Habría que revisar los últimos partidos del alto riesgo. ¿Las promociones contra el Rayo? ¿Los Mallorca-Celtas? Partidos calientes pero de coca cola light. Hoy por fin, el Mallorca dispone de un rival que motive. Que empuje a la gente a salir. A desear la muerte. A volcar a una afición dormida. Que hoy el Villarreal haya salido por la puerta de atrás del aeropuerto es motivo de orgullo. Que Fernando Roig no viaje es meritorio (Ojalá hubiese viajado y le hubieran sentado en un asiento meado...). 

La afición ha saltado. Ahora dependemos de 11 tíos:

Mereced nuestro aprecio. Reparar lo robado.